La historia del perro que no quiere morir en un zócalo

Betíber lleva los 14 años de su vida en el entrepiso de la casa de su dueña de escasos 50cms. La crueldad de su propietaria parece haber encontrado cómplices entre las autoridades que se han tardado en hacerla cumplir la Ley.

Por Nidya Gutiérrez, Periodista Independiente

“En Sopó, a 1 hora y ½ de Bogotá, Betíber, un pequeño y hermoso peludito lleva 14 años (toda su vida) en ese triste pedazo de cemento, día y noche en la soledad”.

Con estas palabras, el señor René Van Gestel, voluntario de la Fundación Voz Animal, denunció la situación de Betíver el pasado 21 de Febrero de 2013.

Betíber es un perrito de tamaño pequeño, tranquilo y lo más importante es que necesita un dulce hogar y el calor afectivo que su actual “dueña” no le supo dar, pues ha estado muy solo toda su vida.

Autoridades, cómplices del maltrato

Al conocer estos hechos la protectora de animales de Bogotá Angélica Corredor (Angie Amante de los Animales en Facebook) creó la página “Hogar amoroso para Betíber” el 27 de Abril de 2013.

Gracias a estas acciones de dos voluntarios por la defensa de los derechos de los animales se generó una ola de protesta ciudadana en contra del maltrato y situación de vida indigna en que la dueña María Antonia Susa mantiene desde hace más de 14 años a este perrito criollo mediano de color blanco y negro.

Este perrito tiene que vivir en un estrecho salidizo de no más de 50 cms que quedó en el entrepiso de una casa de dos pisos, con el peligro constante de caerse a la calle por un mal paso o ahorcarse si llega a estar amarrado como sucedió un día según cuentan los vecinos.

Betíver logró salvarse ese día gracias a la intervención inmediata de los vecinos que le avisaron a la señora del incidente. Estas personas protectores de animales de Bogotá y otros ciudadanos residentes de Sopó solicitaron la presencia del señor Rodrigo Sánchez de la Policía Cívica Contra el Maltrato Animal.

El señor Sánchez realizó una visita a la tenedora de Betíber el 22 de Febrero de 2013 para hacerle firmar el compromiso de tenencia responsable por el cual se comprometía a entrar el perro, cuidar de él y ofrecerle las condiciones de vida favorables a su desarrollo físico y emocional.

La propietaria de Betíber incumplió el compromiso a pesar de las charlas de tenencia responsable de animales de compañía que se le impartieron.

Por eso, las autoridades de esa localidad en persona del señor alcalde Ricardo Valderrama, de la inspectora de policía María Angélica Cucha y de la Directora de Desarrollo Agrario (UMATA) Carolina Panqueva debían haber continuado con el siguiente paso y decomisar el animal para entregarlo en adopción. Inexplicablemente no lo hicieron.

Desde ese momento se prosiguió la labor de los protectores de animales de Bogotá y de ese municipio para buscarle hogar a Betíber a través de Facebook y de Internet, con la respuesta positiva de una ciudadana residente en Chía que ofreció adoptarlo al leer su triste historia.

Pero la dueña María Angélica Cucha se negó a entregarlo y se quejó a la Inspección de Policía porque supuestamente querían quitarle a Betíber sin su consentimiento y por daño a su buen nombre.

Con la anuencia de la inspectora y la directora de la Umata no entregaron a Betíber cuando fueron a decomisarlo y permitieron que siguiera viviendo en condiciones inhumanas abandonado en ese salidizo hasta el día de hoy.